Bajo las losas del balcón
habían hecho sus nidos unas golondrinas...
Y cada año volvían a anidar,
con naturalidad y sencillez,
aquellas familias de pajarillos
que habían cruzado países y mares
y guardaban aquí parte de su corazón.
Pero mira qué sorpresa se iban a llevar
al alcanzar el pueblo una primavera de desolación.
El colegio ya no era colegio ni asilo ni hospital...
La desolación entró en crisis y se fueron cayendo las paredes
y se perdió el abrigo y quedó al aire
y el frío todo expuesto en el alma
de un desguarnecido solar.
Juzguen, a solas el solar
de un desangelado colegio del Ángel...
Juzguen aquellos años de la infancia
aprendiendo a leer, a escribir y a pensar...
El colegio, su capilla y las monjitas...
la voluntad de sor Martina -la giganta
que pasea por el pueblo en las fiestas
de guardar-
¡Ah, la voluntad de sor Martina!!!
¡¡¡Que era la dueña del colegio del Ángel!!!
¡¡ Y su última voluntad !!!
Y los papás sacaban a los niños del nido
y los llevaban a parvulitos...
¡ Hala, con sor Filomena ! Y así se fue
levantando un pueblo y un aprendizaje
y una educación. ¡¡ REcuerdossssss !!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario